Reseña: El Corredor del Laberinto

Esta va a ser mi primera reseña del verano (sin contar Paper Towns), y además, el blog cumplirá dentro de poco un añito. Muchísimas gracias a todos los seguidores, todos los que comentáis y todos los que leéis mis entradas.
Bienvenido al bosque. Verás que una vez a la semana, siempre el mismo día y a la misma hora, nos llegan víveres. Una vez al mes, siempre el mismo día y a la misma hora, aparece un nuevo chico, como tú. Siempre un chico. Como ves, este lugar está cercado por muros de piedra… Has de saber que estos muros se abren por la maña na y se cierran por la noche, siempre a la hora exacta. Al otro lado se encuentra el laberinto. De noche, las puertas se cierran… y, si quieres sobrevivir, no debes estar allí para entonces". Todo sigue un orden… y, sin embargo, al día siguiente suena una alarma. Significa que ha llegado alguien más. Para asombro de todos, es una chica. Su llegada vendrá acompañada de un mensaje que cambiará las reglas del juego. ¿Y si un día abrieras los ojos y te vieses en un lugar desconocido sin saber nada más que tu nombre? Cuando Thomas despierta, se encuentra en una especie de ascensor. No recuerda qué edad tiene, quién es ni cómo es su rostro. Sólo su nombre. De pronto, el ascensor da un zarandeo y se detiene. Las puertas se abren y una multitud de rostros le recibe. "Bienvenido al Claro —dice uno de los adolescentes—. Aquí es donde vivimos. Esta es nuestra casa. Fuera está el laberinto. Yo soy Alby; él, Newt. Y tú eres el primero desde que mataron a Nick.

El Corredor del Laberinto (o The Maze Runner), de James Dashner, nos presenta un laberinto. Un laberinto sin escapatoria. Un laberinto que cambia sus paredes cada noche, para mayor confusión. Y en el centro de este laberinto, llamado Claro, un montón de chicos que no recuerdan más que su nombre y que han creado una comunidad para sobrevivir. Cada semana llegan unas pocas provisiones. Cada mes, un chico más. El último es Thomas.
  A simple vista, no parece nada raro. Los chicos le enseñan el sitio, se presentan... Pero, al día siguiente, todo cambia:
  Llega otra persona. Una chica. Y está inconsciente. Y todos culpan a Thomas de los extraños acontecimientos.

 Aunque la historia esté narrada en tercera persona, se ve claramente que el protagonista es Thomas. Y Thomas, aparte de su nombre, solo sabe una cosa: que quiere ser corredor del laberinto. Aunque esta función sea la más difícil de todas (tiene que tener buena forma física, correr rápido y buena memoria) y los monstruos del laberinto, llamados laceradores, le atemoricen como a cualquiera, siente que debe hacerlo. Además, cree que conoce a esa chica de algo, pero no recuerda de qué.
  Y por si fuera poco, le acusan de haber cambiado todo. Incluso hay gente que quiere matarlo.
   Pero Thomas va a encontrar la clave para salir del laberinto, tiene que hacerlo.

Empecé a leer The Maze Runner porque sabía que iban a hacer una película, protagonizada por Dylan O'Brien (Teen Wolf, Los Becarios...) y la trama llamó mi atención. Al principio me pareció un poco raro, pero me enganchó casi desde el primer momento. Llegué a empatizar con casi todos los personajes y les cogí cariño a casi todos (odié a Teresa, la chica, aunque más por el segundo libro), y se van descubriendo nuevos misterios y resolviendo incógnitas a medida que el libro avanza.
  Eso sí, el amor es muy secundario, casi inexistente.